sábado, 7 de abril de 2007

El auténtico problema


Acabo de llegar a casa. Son las 3 y cuarto de la mañana y, aunque las ganas acompañan, las condiciones no son las óptimas para una redacción fina de nada. Sin embargo me apetece aprovechar esta excusa para ser un poco bruto. El viernes pasado un amigo me preguntaba cuáles creía yo que eran actualmente nuestros principales problemas. Mi respuesta fue: "si te refieres a los principales problemas de la humanidad, el deterioro del medioambiente, seguro".

Y realmente lo creo así. Las guerras o el hambre no son un problema para la humanidad como tal. Por supuesto que lo son para los muchos desafortunados que los sufren, pero no amenazan realmente nuestra supervivencia como especie (salvo la guerra nuclear) ni el entorno en el que vivimos o han de vivir las generaciones venideras. Desde un punta de vista estrictamente ecológico son casi un alivio, una sangría que permite reducir la presión que como especie imponemos al medio natural. Son también un problema moral o filosófico para el resto, está claro, pero no ponen en peligro la posibilidad de que un día seamos lo bastante inteligentes para vivir en armonía. Nadie está diciendo que las guerras estén bien, o que el hambre no deba preocuparnos mientras no seamos nosotros quienes lo padezcamos, sino que son problemas de una naturaleza distinta y que nos afectan de una manera distinta en cuanto a especie.
Pero si el principal problema de la humanidad es el medioambiental, ¿por qué se hace tan poco para solucionarlo? Otro día hablaré de cual creo que es la razón por la que no somos capaces de poner freno a la abusiva explotación de nuestro medio ambiente. Sólo adelantar alguna cosa: pienso que la solución no ha de venir de nuevas tecnologías que nos permitan explotar nuevos recursos, ni siquiera de una cultura menos consumista, aunque ambos factores serán seguramente fundamentales. La auténtica solución ha de venir de una nueva estructura política que permita establecer una relación directa entre un comportamiento respetuoso con el medio ambiente y los beneficios que dicho comportamiento genere, o, expresado en negativo, entre un comportamiento irresponsable y los costes del mismo, evitando comportamientos oportunistas. A veces pienso que la necesidad de frenar unidos, voluntariamente o por la fuerza, la catastrofe mediambiental que parece avecinarse será la causa que de lugar al nacimiento del primer gobierno mundial.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Pachi, algunas reflexiones y puntualizaciones vespertinas a tus comentarios.

En primer lugar reseñar que los comentarios ¨ El auténtico problema ¨ y el inmediatamente anterior - ¨ La panacea del etanol ¨ - están directamente relacionados y me han parecido interesantes. Estoy de acuerdo contigo en que el cambio climático es el mayor problema al que se enfrenta hoy, no ya la humanidad, sino el planeta en su conjunto.

Comentas en tu escrito que “ Las guerras o el hambre no son un problema para la humanidad como tal. Por supuesto que lo son para los muchos desafortunados que los sufren, pero no amenazan realmente nuestra supervivencia como especie (salvo la guerra nuclear) ni el entorno en el que vivimos o han de vivir las generaciones venideras . ”

Hombre, hay que considerar que extrema pobreza y deterioro medioambiental están muy relacionados en la mayoría de los países pobres: las altas tasas de crecimiento demográfico, la urbanización espontánea y sin control, los bajos grados de educación y las necesidades urgentes de supervivencia presionan recursos naturales en muchas ocasiones escasos. Los ejemplos son numerosos y evidentes.

En cambio en los países desarrollados el deterioro medioambiental es consecuencia, en gran medida, de la presión que el crecimiento económico y la sociedad de consumo ejercen y demandan sobre el medio natural.

Así mismo se entiende que la educación, el desarrollo de las nuevas tecnologías, sobre todo en lo referente a nuevos combustibles, y como tú comentas el fomento de políticas y actitudes que reduzcan el consumo, son la base para atacar el problema.

Te preguntas si tiene sentido llenar nuestros coches con comida una vez acabado el petróleo. Precisamente ahí es donde la investigación y las nuevas tecnologías tienen el trabajo: identificar cultivos con potencial energético y desligados del consumo alimentario y farmacéutico, para evitar la especulación. Hoy día se están desarrollando investigaciones para obtener bioetanol a través de la celulosa, por ejemplo.

Sería conveniente asumir las responsabilidades ya, en todos los ámbitos, y no escudarse en que es un problema global para no hacer nada. Y es más, hoy día, en nuestro país, entre las competencias - incompetencias frecuentemente - de las comunidades autónomas, está la gestión medioambiental, y por tanto la elaboración y ejecución de planes energéticos, autorizaciones ambientales, y deberían ser garantes de las buenas prácticas respecto al uso de la energía, tanto de los ciudadanos como de las empresas, así como de todas las actividades realizadas en sus territorios, como la construcción y urbanización entre otras.

Por cierto, seguramente sería interesante dedicar espacio en el programa electoral municipal para abordar temas medioambientales, por ejemplo relacionados con el reciclaje, movilidad sostenible, desarrollo sostenible, tasa ecológica sobre el consumo de carburantes para financiar distintos planes de acción, campañas de información ciudadana…etc.,y que Gijón pueda liderar un proyecto en el que todas las ciudades y los ciudadanos tomen conciencia, se responsabilicen y se planteen objetivos muy concretos por legislatura para paliar la degradación medioambiental. Lo digo porque los ayuntamientos en la mayoría de las ocasiones llegan más fácilmente al ciudadano que otros estamentos. No sé si contempláis este tema, pues no he leído el programa electoral.

Bueno todos estos temas darían para mucho. Espero que sigas dedicándoles espacio en tu blog. Un saludo.