El Anuario de Estadísticas Culturales 2006 publicado por el Ministerio de Cultura recoge algunos datos interesantes. Asturias es la comunidad autónoma en la que el peso del turismo cultural es mayor, pasando los viajes por este motivo del 10.9% en el 2003 al 18% sólo un año después, muy superior al 12,5% de media nacional. Casi todos los grupos de edad realizan turismo cultural, aunque el peso de la franja comprendida entre los 45 y los 75 años está ligeramente por encima de la media. Los turistas culturales gastan más que otro tipo de turistas, pues su gasto representa el 24,6% del gasto total en el caso de Asturias y 16,4% en el conjunto de España. Las principales comunidades emisoras, en términos relativos, de este tipo de turistas están muy próximas a Asturias, pues son los cántabros y vascos los más aficionados a este tipo de turismo, aunque en términos absolutos Madrid es la principal comunidad emisora. Por otra parte el peso de los turistas culturales entre los usuarios de casas rurales (31,4%) es superior que en otro tipo de alojamientos. En cuanto a los turistas extranjeros son los americanos los que más vienen a España por motivos culturales (49%), visitando principalmente Cataluña, Madrid y Andalucía, pero representando lógicamente el porcentaje más importante respecto del total de turistas recibidos en la Comunidad de Madrid (30,9%).
Los datos parecen apuntar a que el turismo cultural es especialmente importante para nuestra región y debe ser cuidado y fomentado. Mercados emisores cercanos (vasco y madrileño), gusto por los alojamientos rurales, mayor nivel de gasto, y el potencial de los mercados americanos, incluyendo el aprendizaje del idioma castellano, parecen factores clave a considerar, además del potencial creado por las nuevas rutas aéreas, por supuesto.
Sin embargo, después de leer el comentario de Oriol (os recomiendo que lo leáis, pues sin él este artículo estaría muy cojo), me doy cuenta de que la simple presentación de los datos resulta insuficiente. Es necesaria una reflexión acerca de que consideramos turismo cultural y de como se satisface dicha demanda. El modelo de "ciudad museo" al estilo de Bilbao en primer lugar no resulta generalizable, pero, además, tiene poco de cultural. Corremos el riesgo de, como dice Oriol, banalizar la cultura local e incluso destruirla, convirtiendo la ciudad en un parque temático extraño para sus propios habitantes.
3 comentarios:
El concepto "turismo cultural" es un engaño y la excusa para hacer bastantes de las barbaridades que desde ámbitos como la economía y el urbanismo asolan nuestro país.
Es un engaño porque, por definición, cualquier turismo debería llevar asociado el componente cultural, en tanto que se entra en contacto con otra sociedad, otra cultura. En este sentido, la "culturalidad" del turismo no la define la oferta, sino la demanda, es decir, la actitud del llamado turista. Precisamente por eso, en segundo lugar, es un engaño porque se pretende que a base de crear una supuesta oferta cultural (que en la mayoría de los casos supone la creación de grandes y emblemáticos equipamientos) ya existe turismo cultural. Me gustaría saber qué experiencia cultural obtienen los miles y miles de personas que visitan (por que "toca") museos como el MACBA en mi ciudad, el Guggenheim, etc. cuando no han visitado nunca los de su propia ciudad. Finalmente, y por no alargarme, es un engaño porque detrás de muchos procesos de desarrollo del denominado turismo cultural se produce precisamente lo contrario: la destrucción (por la banalización) de las culturas locales, que adquiere formas desde la exaltación de lo más fácilmente "vendible" de la cultura local aunque no resulte lo esencial hasta la desmoralización de la población autóctona por tener que participar de mala gana (por ejemplo, disfrazándose de bufones medievales) en un circo sobre el que nunca se les preguntó su opinión. En definitiva: hay que trabajar menos por el turismo cultural y más por fomentar que haya "turistas culturales" y, sobre todo, no dejar a tantos y tantos territorios, especialmente rurales, con esa única alternativa. Un abrazo. Oriol
Gracias Oriol por el comentario. Tienes mucha razón. La actitud del turista es lo fundamental y a menudo lo "cultural" no es más que una patina falsa y superficial de alguien totalmente cerrado a la cultura del lugar que visita. También tienes razón en la "oferta cultural" que habitualmente se hace, muy de "parque temático". Sin embargo creo que las estadísticas si ponen una cosa de manifiesto, que es una inquietud, quizás mal encarrilada, pero una inquietud por algo que no es el sol y la playa, o los parques de atracciones o el golf. Qué hay que ofrecer a turistas con dicha inquietud es otra cuestión, a lo mejor nada, pero que esa motivación está ahí y que puede ser atendida mejor o peor es lo que pretendía poner de manifiesto con los datos del anuario. Te agradezco muchisimo el comentario, nos permite ampliar y matizar el enfoque del asunto.
Pues si me permites, haré otro comentario. Me parece horrible, y a la vez indignante, que en el discurso del turismo se hable siempre de "incrementar el gasto por turista". Vaya, que nadie se corta un pelo a la hora de decirlo, e incluso escribirlo en programas electorales, planes estratégicos, artículos (serios o no)... ¿Os plantearíais ir a algún sitio donde se explicita claramente que el principal objetivo es sacaros cuanto más dinero mejor? Bueno, supongo que para seguir siendo coherentes con nuestra docilidad y nula capacidad crítica ya lo hacemos. O sea que volvemos a lo mismo: el discurso del "turismo cultural" pretende, en última instancia, sacar más dinero, y ese es el único barómetro de su éxito (la culturalidad queda al margen). De acuerdo que hay excepciones... o quizás no.
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