Cuando uno crea un blog es inevitable preguntarse ¿alguien lee un blog? ¿tiene alguna utilidad? Es evidente que la difusión de miles de blogs no excede el ámbito personal o familiar y son adecuados únicamente para poner las fotos de las vacaciones o hablar con los amigos. Pero también existen blogs conocidos y consultados con cierta asiduidad por grupos de individuos con intereses específicos, para los que resulta un magnífico medio de comunicación, de difusión y contraste de ideas. Los blogs permiten en primer lugar conocer a gente con inquietudes comunes. Gracias a Google, y a otros buscadores, podemos rastrear la red en busca de otras personas que escriban sobre aquellas cuestiones que nos interesan, leer sus opiniones, asimilarlas y contrastarlas con las propias, e incluso ponernos en contacto con ellos. De esta manera resulta posible establecer una red de ciudadanos que comparten su conocimiento y generan una discusión propiciando un aprendizaje mutuo acelerado. En una sociedad cada vez más compleja, donde los asuntos políticos han perdido su simpleza original, las discusiones abiertas tienen mucho que aportar a la actualización de los planteamientos políticos. La influencia de la palabra escrita se mantiene, pero existen nuevas formas de expresión. Los gruesos ensayos de antaño cederán innevitablemente parte de su espacio a otros formatos más ligeros, más baratos, más informales y más rápidos. En la nueva gran biblioteca de internet el pensamiento se plasmará, cada vez más, en blogs. Si abrís los blogs de Rafael Estrella o Juan Freire sabreis a que me refiero.
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